Hablemos de: ¡germinados!
¿Alguna vez te has preguntado sobre los germinados? ¡Ya no se hable más! Hoy vamos a comentar todo al respecto. ¡Comencemos!
Los germinados son frescos y pueden agregar mucho volumen y nutrientes a nuestras ensaladas y sopas; ofrecen textura, sabor, cantidades de proteínas y fibra, variedad de vitaminas y minerales, incluyendo vitamina C. Y no solo eso, sino que, además, son muy bajos en sodio y grasa.
Tienen la característica de su sabor es suave y crujiente, haciéndolos perfectos para ensaladas y sándwiches. Puedes agregar los brotes de vegetales salteados, y para eso, cocínalos durante 30 segundos o menos para ayudar a conservar su textura. El brote de frijol enlatado se puede usar en muchos platos, pero no tienen el mismo sabor o textura que el fresco.
¿Por qué remojar y germinar?
El proceso de remojo puede hacerlos más digeribles y proporcionar más nutrientes biodisponibles y minerales. El remojo también ayuda a suavizar las pieles, acelera el tiempo de cocción y elimina toxinas como el ácido fítico y los inhibidores de la tripsina.
¿Qué se necesita para hacer germinar una semilla?
Necesitan estar en contacto con agua, calor y oxígeno.
¿Cuáles son los germinados mas consumidos?
Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede brotar, aunque los más apreciados por su ternura y buen sabor son las legumbres (frijol mungo, soja, alfalfa), cereales (trigo, cebada) y también berro, rábano, calabaza, girasol, sésamo, entre otros.
¿Qué beneficios tienen?
Cuando germinan y empiezan a brotar, las semillas liberan gran cantidad de energía, necesaria para que la planta se desarrolle, esto da lugar a la formación de enzimas.
El germinado también produce:
Aumento significativo en la cantidad de vitaminas, (B de 3 a 12 veces, y la vitamina E, alrededor de 3 veces).
Absorción de minerales y otros elementos vitales del agua.
Aumentar el contenido de agua del 5% al 12% en la semilla al 70% en el germinado.
Aparece clorofila.
¿Cómo preparar los brotes?
Enjuaga bien dos veces. Transfiérelos a un recipiente y remoja en agua durante al menos 8 horas (o preferiblemente durante la noche). El agua debe sobrepasar al menos 5 cm.
Al día siguiente, desecha toda el agua, elimina cualquier residuo de agua que haya podido quedar.
Coloca los frijoles en el mismo recipiente o en otro recipiente, cúbrelos y guarda el recipiente durante 2 días.
Después de 2 días verás brotes de frijoles.